“¡Yo no soy ninguna estrella, soy un estrellado! Mi mundo es éste, ni mejor, ni peor, otro”, dijo Pepe Mujica al público y la prensa en referencia a su historia, que está retratada en el documental “El Pepe, una vida suprema”, de Emir Kusturica y que tuvo su estreno en el 75° Festival Internacional de Cine de Venecia.

En la coproducción argentina, uruguaya y serbia, Kusturica explora las convicciones ideológicas de Mujica, su presente político, los cambios en el mundo global, la sustentabilidad, militancia, el amor, en el que el protagonista abre su mundo más íntimo, desde su experiencia transformadora en la cárcel como preso de la dictadura, hasta sus tareas cotidianas en la chacra.

“Pude estructurar la película desde el final de su presidencia y eso me permitió vivir cosas que nunca creí vivir. Poder seguir a esta persona, su filosofía, su modo de ser, de vivir… debería ser un derecho de todos y de todos los directores, tener la oportunidad de hacer una película así”, contó Kusturica en la Sala Grande del Palazzo del Cinema.

El expresidente uruguayo, José Pepe Mujica, en relación a la forma en la que se lo retrata en el documental, expresó: “No soy un hombre pobre, lo mío es una elección, una opción de vida. Tengo lo que necesito. Soy algo así como un neo estoico. La verdad, no puedo arreglar el mundo pero le puedo decir a la gente que no se dejen engañar, porque la libertad está en su cabeza”.

Por su parte, el productor argentino Hugo Sigman, contó que el proceso de realización “llevó cuatro años” y se decidieron por Kusturica porque les parecía “una buena combinación, por su estética y los ideales que podrían compartir; además, durante las grabaciones se creó una gran admiración mutua”.

“El Pepe, una vida suprema” participa de la Selección Oficial por fuera de la competencia y forma parte de la delegación argentina que participa de la Mostra Internazionale d’Arte Cinematografica di Venezia.