El festival tuvo más brillo que nunca con el maestro de la luz

Vittorio Storaro, el genial fotógrafo romano ganador de tres Oscar, pasó por Mar del Plata y deslumbró a un millar de cinéfilos, convocados por su magia al Auditorium. Una charla inolvidable donde afloraron los recuerdos de sus trabajos con Bernardo Bartolucci, Francis Ford Coppola y Woody Allen.

Con la sala Astor Piazzolla repleta, Storaro presentó su libro “Escribir con la luz” que resumió como 30 años de vida divididos en capítulos: Color, Elementos de la vida y Filosofía griega. “En el libro dialogo con las imágenes. Las superpongo. Realicé tantas fotografías que puedo escribir con ellas”.

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El invitado de lujo del 31° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata marcó una diferencia en la forma en la que se define su trabajo: “En Italia nos reconocemos como ‘autores de la fotografía cinematográfica’ En Estados Unidos se equivocaron cuando se hicieron llamar ‘directores de fotografía´, porque el cine es como una orquesta, y ahí hay hay muchos músicos solos que hacen la música. Pero hay un solo director. En el cine es igual. Hay director de arte, guionista, montajista, etc. Pero director hay uno solo”.

En referencia a sus trabajos con célebres directores, Storaro expresó que con el español Carlos Saura, con quien trabajó en “Flamenco” tuvo “un encuentro muy interesante porque él quería realizar una historia del flamenco, pero no retratada verbalmente sino a través de la imagen. Yo le dije que estaba acostumbrado a contar historias con introducción, nudo y desenlace y a traducirla en imágenes. Saura me dijo que la historia sería narrada al ritmo de la música, la danza, del canto, de la cámara y de la luz, donde se pudiera apreciar la vida, la energía y el movimiento del flamenco.

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Ante el desafío, el fotógrafo contó la forma en la que resolvió su trabajo: “me di cuenta de que normalmente el flamenco no se baila ni se canta durante el día sino más bien hacia el fin del día. Entonces se me ocurrió tomar el camino simbólico del sol con toda su paleta de colores según las horas del día. Eso para la simbología de lo masculino. Luego, el sol va cayendo y se inicia la fase de la luna, la fase femenina. Finalmente el sol y la luna se encuentran en el alba y hay un momento más coral. Y con esto yo creé mi historia simbólica a través de la imagen”.

En cuanto a su reciente trabajo con Woody Allen, en “Café Society”, Storaro explicó el cambio en la modalidad de su trabajo, al pasar del cine analógico al digital:

El ser humano siempre necesitó expresarse con imágenes. Desde la época de las cavernas, los mosaicos bizantinos, las inscripciones en piedra, el cine panorámico, el 3D y ahora el cine digital. Lo que cambió es el medio. El misterio de la creatividad sigue siendo el mismo”.