Las novedades del cine argentino en el #MDQFest

El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata anunció su programación para la 32ª edición, que se llevará adelante desde el 17 de noviembre al 26 de noviembre. Cada edición renueva las expectativas sobre el cine argentino y las competencias nacionales de cortos y largometrajes. En esta nota te anticipamos todas las novedades de nuestro cine que vas a poder disfrutar en el festival.

Competencia Argentina – Largometrajes

Aterrados / Terrified, de Demián Rugna – Argentina – 2017 – 90’
Algo muy extraño está pasando en un barrio del conurbano bonaerense. Objetos que se mueven, apariciones extrañas y cañerías que hablan son los primeros indicios de que lo Paranormal –así, en mayúsculas– vino para quedarse. Azorado, el Comisario Funes convoca a Mario Jano para que lo ayude a desentrañar el misterio. Se les unirán la doctora Albrec y el norteamericano Rosentok, formando un grupo de investigación que vivirá una verdadera escalada a la locura.
Si bien Rugna venía demostrando en su obra que sabe imprimir como pocos un “tono nacional” –expresión para nada peyorativa, demostrada de manera contundente en No sabés con quién estás hablando, en competencia en la edición pasada–, en Aterrados logra construir una de las películas de género más personales, terroríficas e indiscutiblemente “argentas” de todos los tiempos. Los sustos, ya lo sabemos, hay que dárselos en vida.

 

Barrefondo / Pool Sweeper, de Jorge Leandro Colás – Argentina – 2017 – 76’
En medio de un verano inclemente, Tavo trabaja como piletero en un country del conurbano bonaerense, formando parte silenciosa de un paisaje y de una comunidad que lo mantiene a raya por cuestiones de clase. En ese lugar, es testigo de una situación extraña que termina por envolverlo en una trama policial de la cual terminará convertido en el centro, cuando comience a intercambiar información sobre las casas en las que trabaja con una pandilla de delincuentes.
Adaptación de la novela del autor argentino Félix Bruzzone, Barrefondo sigue los pasos taciturnos de un personaje sacudido por tentaciones –las del dinero y la venganza–, mientras traza con inteligencia y esquivando trazos gruesos una historia que se anima a entrar en terrenos del género, sin perder el nervio de un realismo que expone algunos ritos conocidos de la anatomía policial y criminal.

 

El azote / The Scourge, de José Celestino Campusano – Argentina – 2017 – 89’
Carlos, un asistente social en la ciudad de Bariloche, mantiene una lucha dura y continua por ayudar a encauzar las vidas de los estudiantes del colegio en el que se desempeña. La tarea está en seria desventaja frente al entramado de corrupción, pobreza, drogas y abusos que acecha a los jóvenes, y además le impide poner su propia vida en orden, recuperar a su ex pareja y asistir a su madre inválida. Su empatía logra reducir los impulsos violentos de los chicos que tutoriza, y su temple lo sostiene frente a las agresiones de aquellos que lo ven como un obstáculo para perpetuar la miseria, pero cada batalla le va quitando la confianza en poder cambiar las cosas, y se acerca el momento clave para no sacrificar el futuro de los alumnos.
El prolífico Campusano demuestra nuevamente que el ritmo de su producción no hace más que contribuir a la audacia y contundencia de sus obras, con una historia que explora las problemáticas más complejas que afrontan las comunidades de las periferias en nuestro país, sin renunciar a la empatía por sus personajes, las heridas que los transformaron y los demonios que aún los persiguen.

 

Estoy acá (Mangui Fi) / I Am Here, de Juan Manuel Bramuglia, Esteban Tabacznik – Argentina – 2017 – 77’
Para Ababacar y Mbaye –dos inmigrantes senegaleses que se conocieron y entablaron una gran amistad en Buenos Aires–, el desafío va más allá de adaptarse a las costumbres y condiciones de vida en Argentina, o de lidiar con la indiferencia y el racismo que sufren cotidianamente: ambos llegaron a una instancia de sus vidas en la que deben definir un rumbo, y a su vez aceptar que sus identidades y necesidades se volvieron más complejas. La decisión de dejar su país estuvo impulsada por el objetivo urgente de sostener económicamente a sus familias, pero la estadía en Buenos Aires los cruzó con nuevas personas, nuevas maneras de ver las cosas, y hasta una situación económica distinta de aquella que encontraron a su llegada.
El respeto y la distancia de los directores son claves para ofrecer una mirada superadora y comprensiva de estas realidades. Estoy acá retrata individualmente a los dos personajes para explorar sus historias y los posibles caminos que se abren en sus vidas, y a su vez los expone discutiendo dos posturas distintas sobre el futuro que quieren emprender, la imagen que tienen de ambos países y qué fue lo que los hizo emigrar en primer lugar.

 

Hasta que me desates / Until You Untie Me, de Tamae Garateguy – Argentina – 2017 – 82’
Cuando presentó Mujer lobo, una historia de venganza cargada de sexo y sangre, Tamae Garateguy demostró una audacia desfachatada con la que llegó a lugares que el cine de género local pocas veces había visitado. Hasta que me desates comparte con aquella el riesgo por lo extremo, esta vez recuperando el gusto por el thriller erótico, un género que antes invadía las pantallas pero que hoy se convirtió en rara avis.
La película sigue los pasos de dos protagonistas; por un lado, una joven bailarina que, luego de un fatal accidente en el que perdió a su familia, queda sumida en un pozo anímico que la lleva a la autodestrucción, coqueteando con la muerte. Por el otro, un médico que carga con la infamia de alguna mala praxis en su haber. Los caminos entre ellos se cruzan, en el que es el comienzo de una espiral donde la fascinación y la locura se retuercen en una historia de amor pesadillesca, y donde el sexo explora zonas de fetichismo extremo, con sadomasoquismo gráfico y bondage estilizado incluidos. Una vez más, se siente en el pulso de Garateguy un placer perverso por jugar a traspasar los límites, y en su búsqueda por las emociones fuertes encuentra una voz tan urgente como única.

 

La nostalgia del centauro / The Centaur’s Nostalgia, de Nicolás Torchinsky – Argentina – 2017 – 70’
En algún lugar recóndito de los cerros tucumanos viven Alba y Juan, una pareja de ancianos que responden a valores y costumbres de una tradición gauchesca que los trasciende. A esta altura de la vida, ya se han dicho todo, y el eco de sus voces resuena solo para dar órdenes a sus cabras o para repetir de memoria un sinfín de rimas antiguas del imaginario rural.
La nostalgia del centauro espía los días y las noches de esa vida taciturna, examina algunas particularidades (la relación entre el gaucho y los caballos), mientras captura la esencia de esa calma en cuadros bucólicos de una espectacularidad única, sin caer nunca en el pintoresquismo, y plasmando un puñado de imágenes espectrales que contienen en su singularidad toda la potencia del cine. La cámara de Nicolás Torchinsky explora en lugares y detalles recónditos, como buscando el secreto de cierta magia que, aunque rústica, va revelando su extraña belleza poco a poco, como esos árboles que se dejan ver cuando la niebla de la mañana se esfuma.

 

Los Corroboradores / The Corroborators, de Luis Bernárdez – Argentina – 2017 – 70’
París. Suzanne, una periodista e investigadora francesa, viaja a Buenos Aires convocada por Martín Dressler. Pero Dressler nunca acude a la cita. Entonces, Suzanne comienza a investigar, recorriendo los más importantes edificios de la ciudad. Así descubre que Los Corroboradores fueron una sociedad secreta porteña que, a fines del siglo XIX, se propuso copiar París en Buenos Aires.
A través de archivos inéditos y de entrevistas a especialistas, no solo se repasa la historia ya conocida sobre los principales edificios de la París del Plata, sino que se agregan datos y piezas a un rompecabezas aún incompleto.

 

Los vagos / The Bums, de Gustavo Biazzi – Argentina – 2017 – 92’
El pasaje de la adolescencia a la adultez es un momento tan complejo en la vida de un ser humano que el cine tuvo que inventar su propio subgénero: el coming of age. Como Seth y Evan en Supercool, los protagonistas de Los vagos quieren explotar los restos de adolescencia que les queda en el tintero, antes de que la carroza de la adrenalina juvenil se convierta en la calabaza del compromiso y las responsabilidades. Guiada por el caminar flotante de Ernesto, el protagonista, la ópera prima de Gustavo Biazzi se cuela en la rutina desordenada de un grupo de amigos mientras vacacionan entre Posadas e Ituzaingó.
Reproduciendo el ritmo que oscila entre la parsimonia de una resaca rencorosa y el estallido hormonal de una noche donde el sexo marca agenda, el director debutante observa de cerca el nacimiento de una nostalgia que hace fuerza por entrar en la mirada encendida de esos chicos que surfean por sentimientos enigmáticos. Saben que no pueden luchar contra el inminente desenlace de una época idílica; solo les queda dejarse llevar por la marea de la incertidumbre. Biazzi los acompaña con su cámara haciendo realidad el sueño de Ernesto: volver eterno ese verano inolvidable.

 

Réquiem para un film olvidado, de Ernesto Baca – Argentina – 2017 – 66’
En diciembre de 2012, Kodak dejó de producir celuloide, lo que significó el fin de una era y el comienzo de otra para el cine, con la tecnología digital instalándose a nivel industrial en todo el mundo. También tuvo un efecto fulminante en Ernesto Baca, uno de los pilares del cine experimental en Argentina. Réquiem para un film olvidado comienza con ese golpe emocional, con el director en primera persona, en una propuesta que intercala elementos biográficos (su vida en Florencio Varela, la relación con su madre, sus maestros, la influencia de Claudio Caldini, y… ¡hasta su propio velorio!) con otros de (ciencia) ficción, en la que el propio Baca aparece como un científico en su laboratorio, activando dispositivos con el objeto de llevar adelante Proyecto argenta, la primera película virgen de industria nacional que le permita –a él y también a su grupo de amigos del Club de Super 8– seguir filmando a contracorriente del avance digital. “¿Cuántos megapíxeles tiene un sentimiento?”, se pregunta Baca mientras, con un trabajo espectacular de montaje y sonido, un gran uso de textos (La sociedad del espectáculo, de Guy Debord) y mucho buen humor, continúa defendiendo los materiales con los que pone en evidencia eso que llama “reflejos falsos” de un cine industrial desapasionado.

 

Soldado, de Manuel Abramovich – Argentina – 2017 – 73’
El joven correntino Juan José González ingresa como voluntario al Regimiento de Infantería 1 Patricios, sin mayores objetivos que obtener un empleo seguro y poder satisfacer el deseo que su madre depositó en él. La rutina diaria del Ejército impone sus reglas y provoca la despersonalización de cada miembro, evocando constantemente epopeyas en duras lecciones y ejercicios de cara a conflictos que la fuerza no atraviesa hace décadas.
El documental de Manuel Abramovich no persigue un final dramático o un desfile de proezas –su protagonista tampoco enfrenta sus nuevas obligaciones como si se trataran de un Via Crucis, más allá de las dificultades–, pero el tedio acecha a la vida en la guarnición, y se siente el peso de no haber seguido la voluntad propia al comenzar a dejar atrás la adolescencia. Soldado retrata con prolijidad y precisión el trunco mutualismo entre un individuo que intenta cubrir sus necesidades y los ritos anacrónicos que adopta para poder atenderlas, mientras devela paulatinamente las capas de su personalidad y las sensaciones que asoman en silencio pero con fuerza.

 

Todo lo que veo es mío / Everything I See Is Mine, de Mariano Galperín, Román Podolsky – Argentina – 2017 – 83’
En 1918 sucedieron en la Ciudad de Buenos Aires dos importantes hechos históricos: la inesperada llegada de la nieve y la visita de una estrella dadaísta, Marcel Duchamp. El artista que se animó a pintarle bigotes a la Mona Lisa tocó suelo porteño escapando de las restricciones de la Primera Guerra Mundial, y teniendo como único contacto con sus compañeros del movimiento las cartas de puño y letra en las que describía las extrañas costumbres de los argentinos.
A través de las posibilidades infinitas de la ficción, Todo lo que veo es mío reconstruye los días de Duchamp entre las visitas a los lagos de Palermo y el ritual del mate. Filmado en un elegante blanco y negro, el largometraje de la dupla Galperín-Podolsky muestra al creador del arte conceptual en la intimidad de una pieza alquilada, besando su pipa y enloquecido por encontrar la jugada perfecta de ajedrez, y devela las imágenes que nunca se encontraron sobre ese misterioso y breve exilio en la capital más austral de Sudamérica. Cada plano onírico que se acerca a la belleza compulsiva nos impregna en la retina la ilusión de que, al salir de la sala, podremos encontrar una huella de Duchamp en alguna esquina.

 

Un viaje a la luna / A Trip to the Moon, de Joaquín Cambre – Argentina – 2017 – 87’
A los catorce años, Tomás está entrando en la adolescencia, ese momento de la vida en el que no solo hay que enfrentarse a los cambios físicos y emocionales, sino que también algunos recuerdos empiezan a tomar formas más traumáticas. Por eso tiene visitas continuas a un psiquiatra, por eso actúa un poco raro, es algo ermitaño y soporta como puede la extremada normalidad de su familia, que muere por que llegue el verano para ir a un tiempo compartido en la playa, mientras que Tomás quiere escapar… a la luna.
La ópera prima de Joaquín Cambre cuenta la historia de una obsesión que toma ribetes de locura, con un personaje que hace equilibrio entre la candidez y la oscuridad, con la imaginación como arma letal. Es en ese terreno donde la película define su condición de coming of age, un género al que responde con los mejores elementos: hay un trauma que dejar atrás, una obsesión que guía el camino, un grupo familiar del que hay que distinguirse, y aparece, sobre todo, la posibilidad de un amor. Ese que hace que el tiempo no avance, y que dicta las mejores canciones. Y también está esa luna, que cuando está roja predice que algo importante está por suceder.

 

Competencia Argentina de Cortometrajes

Despechada / Crushed, de Jazmín Stuart – Argentina – 2017 – 13’
Llueve. Una mujer espera dentro de un auto estacionado. Escucha maníacamente la canción que la hace llorar, mientras monta guardia en la puerta del hombre que la abandonó.

 

Doce clavos / Twelve Nails, de Paula Hernández – Argentina – 2017 – 15’
Madrugada. Ana duerme sola en una cama de dos plazas. El celular suena y, aturdida, enciende la luz del velador. Con cierto resquemor, se levanta de la cama y, a las 2 AM de una noche de esas a las que les sale humo por la boca, emprende la tarea de asearse, vestirse, maquillarse, caminar hacia la avenida y subirse a un taxi que la conducirá hacia la otra punta de la ciudad, para adentrarse en algo más que la oscuridad de la noche.

 

En la sorprendente era de la comunicación / In the Amazing Communication Age, de Augusto González Polo – Argentina – 2017 – 15’
Un hombre intenta romper con la rutina de su aislado pueblo apelando a nuevas redes sociales que, según dicen, le permitirían conocer posibles parejas.

 

Miedo / Fear, de Juan Pablo Menchon – Argentina – 2017 – 10’
Lucas tiene 9 años y El Pira 8, pero parece más viejo, como todos los perros. En la inmensidad del campo, en la noche más oscura, esperan. Un aleteo lejano, esa pelotita de colores, un diente flojo, la cadena de la bici, el cohete de Astro que despega, la luz del vapor en la pileta, la mirada de Bela, el jugo y las galletitas. En el horizonte, las primeras luces. Lucas apaga la linterna con la que jugaban y se prepara. A veces una historia de miedo puede ser también una historia de valentía.

 

Motocross, de Francisco Chiapparo – Argentina – 2017 – 15’
Vero es actriz y está desempleada. Ensaya para presentarse a un casting de conductora en un programa de motocross de El Garage. Renata, su amiga, la ayuda a pasar letra a la vez que busca desalentarla. ¿Qué sería mala suerte? ¿Conseguir el trabajo o no conseguirlo?

 

¡No! / No!, de Pedro Maccarone, Max Franco – Argentina – 2017 – 12’
En Argentina una mujer es asesinada cada 18 horas por violencia de género. Esta historia, en tiempo real, son todas sus historias. En 18 horas esto volverá a suceder. ¡No! es un pedido de auxilio. Una queja a la incesante impunidad. Un reclamo de justicia.

 

Pasión oriental / Oriental Passion, de Santiago Korovsky – Argentina – 2017 – 13’
Una pareja llega a la habitación oriental de un hotel de alojamiento, en el que puede llegar a ser su último encuentro antes de separarse por tiempo indefinido. Un cortometraje sobre las dificultades para entregarse y comprometerse, y sobre la soledad que uno puede sentir aun estando acompañado.

 

Pixied, de Agostina Ravazzola, Gabriela Sorroza – Argentina – 2017 – 9’
El Sr. Pix cree que tiene un don: piensa que mueve los objetos con solo desearlo. Así, todos los días la afeitadora lo afeita, la cafetera le prepara el café, etc. Pero un día se da cuenta de que vive en una ilusión, y que los objetos se mueven solos sin seguir sus órdenes. El Sr. Pix buscará descubrir el misterio mientras intenta escapar de los objetos, ya que ellos pretenden devolverlo a su rutina. El Sr. Pix es un personaje de un film, pero no lo sabe.

 

Son, de Alejo Santos – Argentina – 2017 – 8’
A mediados del siglo xix, Konstantin Tsiolkovsky dijo: “La Tierra es la cuna del hombre, pero no se puede vivir en una cuna eternamente”. Más de dos siglos después, el hombre busca, sin resultados, un nuevo hogar. A través del tiempo y el espacio, el astronauta Martínez manda un mensaje a su hijo. Serán duras palabras sobre el futuro y el presente de la Tierra.

 

Y ahora elogiemos las películas / Let Us Now Praise Movies, de Nicolás Zukerfeld – Argentina – 2017 – 15’
Lucas trabaja en una librería y escribe en una revista de cine. Conoce a Mariana, que fotocopia su DNI. También a Nicolás, un historietista. Se reencuentra con Agustín, que es mozo y produce cine independiente. Y ahora elogiemos las películas es una semblanza de las pequeñas tareas que son la base fundamental de las grandes obras de arte.

 

Panorama de Cine Argentino

Años luz, de Manuel Abramovich – Argentina – 2017 – 75’
Si esperamos casi una década por la vuelta de Lucrecia Martel, lo mínimo que podíamos obtener era más que “apenas” una película (las comillas son, claro, porque esa película es Zama, una obra maestra y probablemente una de las mejores películas en la historia del cine argentino).
Zama no vino sola. Trajo con ella un diario de rodaje escrito por Selva Almada –El mono en el remolino– y este documental de Manuel Abramovich, que como un intruso sonoro capturó el meticuloso trabajo de la directora salteña y la cálida, humana y divertida precisión con la que ajusta cada detalle que sucede en los planos de su película.
“Yo estoy a años luz de poder ser la protagonista de una película”, le dice Martel a Abramovich cuando este le plantea por mail su idea de un documental que la tenga a ella como personaje principal. Lo que dice la directora es, en parte, cierto: Martel está a años luz. Del resto.

 

Córdoba sinfonía urbana / Córdoba, a City Symphony, de Polo Obligado, Daniela Goldes, Antonio Moro, Natalia Comello, Manuel Torrado, Martín Álvarez, Micaela Conti, Germán Scelso – Argentina – 2017 – 60’
Córdoba sinfonía urbana se inscribe en el género del relato poético y político. Construye un retrato de la ciudad de Córdoba, tejido alrededor del cauce del río que la atraviesa de punta a punta.
El río Suquía, ese que luchó por recuperar su nombre original en el poema de Arturo Capdevilla, al cruzar el corazón de la urbe experimenta un proceso de contaminación al ritmo que suceden diversos acontecimientos. Algunos mínimos y cotidianos, otros de agitada revuelta social, cargan las aguas con todo tipo de impurezas y tensiones.
La película fue realizada de manera colectiva, con ocho directores sumando miradas en el marco del taller Retratos 01, dictado en el Cineclub Municipal Hugo del Carril y coordinado por Germán Scelso.

 

Cuentos de chacales / Jackal Stories, de Martín Farina – Argentina – 2017 – 70’
Como hizo Linklater en Boyhood, donde registró el crecimiento de un niño hasta hacerse adulto durante doce años, Martín Farina presenta una arriesgada propuesta en la que el documental, la ficción y el cine experimental se entrecruzan sin que podamos distinguirlos. Francisco Cruzans es filmado desde el día de su nacimiento hasta el presente.
Un cocktail voyeur que condensa una vida en 70 minutos, alternando, en aparente caos, imágenes de archivo, videos familiares en VHS y relatos de un séquito de personajes misteriosos en un patchwork cinematográfico que desconcierta e hipnotiza.
“La memoria no es el registro de un suceso original. Es la reconstrucción del modo en que lo recordamos la última vez”, se afirma en palabras blancas escritas sobre fondo negro. No hay una intención servil de retratar una realidad objetiva, sino de reconstruir una vida a base de retazos arbitrarios, transformando el día a día en una sucesión de instantes poéticos.

 

El origen de la tristeza / The Origin of Sadness, de Oscar Frenkel – Argentina – 2017 – 71’
Las idealizaciones de la infancia, aunque justificadas, omiten que incluso las más felices son también el prólogo a la pérdida de la inocencia y a las inevitables revelaciones que la vida presenta sobre sus aspectos más oscuros. En la historia de Gabriel y sus amigos –una adaptación de la novela del mismo título escrita por Pablo Ramos–, los días de fútbol y juegos en el Viaducto de Sarandí, los recorridos por el cementerio de Avellaneda y las excursiones a una misteriosa quinta son escenas en las que confluyen la amistad, el descubrimiento del amor, los encuentros con el peligro y el paso a la adolescencia. Pero, desde ese punto, la realidad se abrirá paso en el entorno familiar y el barrio del protagonista, que comenzará a percibir el modo brusco en que la vida concluye sus etapas.

 

El volcán adorado / The Beloved Volcano, de Fernando Krapp – Argentina – 2017 – 67’
El 26 de febrero de 1999 un grupo de estadounidenses, peruanos y argentinos emprendieron una expedición en Salta para cristalizar uno de los descubrimientos más significativos de la historia argentina: en la cumbre del volcán Llullaillaco, a 6700 metros de altura sobre el nivel del mar, hallaron los cuerpos de tres niños perfectamente conservados por el frío. Ese tesoro arqueológico hoy se exhibe en el Museo de Arqueología de Alta Montaña. Christian Vitry, el protagonista de El volcán adorado, fue uno de los líderes de aquella misión.
El especialista en geografía y ciencias biológicas se propone un nuevo desafío: subir hasta la cumbre para develar la temperatura de los cuerpos incas. El segundo documental dirigido por Fernando Krapp (codirector de Beatriz Portinari. Un documental sobre Aurora Venturini) enmarca de cerca el proceso de preparación de Vitry, entre charlas informativas y humanas con la comunidad kolla, quienes deben darle el permiso para emprender su ascenso en la zona, y relatos personales que hacen de esta historia un verdadero diario de viaje.

 

Entre Perón y mi padre / Perón, My Father and I, de Blas Eloy Martínez – Argentina – 2017 – 73’
“Yo competí con Perón por la atención de mi padre”. Además de Blas Martínez, no hay mucha gente que pueda decir esta frase y que sea cierta: el hijo del periodista y escritor Tomás Eloy Martínez narra la relación con su padre a partir de su vínculo con el peronismo y las consecuencias que eso le trajo al autor de La novela de Perón y Santa Evita, que incluyeron el exilio y una paternidad a distancia.
Según el escritor, la historia siempre envidió a la novela, porque esta última puede cubrir con su ficción todos los agujeros que la historia no puede evitar. Y Blas decide, también, rellenar los huecos de la historia con su padre recurriendo a materiales de otro orden.
Así, mientras oímos a Perón desde las cintas originales de su histórica entrevista con Martínez en Puerta de Hierro, el relato familiar del director se nutre de escenas de películas viejas y home movies, en unpatch work en el que Buster Keaton y Humphrey Bogart se mezclan con José López Rega, cuya voz emerge detrás de la de Perón, como un tenebroso villano del cine clásico.

 

La suave noche / The Good Night, de Luz Rapoport, Sofía Bordenave – Argentina, Chile – 2017 – 70’
La magia del cine documental reside en que, en menos de dos horas, podemos conocer más a una persona, hasta entonces invisible, que a nuestra propia familia. La suave noche resalta esa cualidad enigmática que tiene el ojo humano cuando se encuentra con el lente de la cámara, y en esa poderosa fusión logra acercarnos a la piel de una historia que nos desprende de la realidad cotidiana para devolvernos de una manera distinta.
El largometraje de Rapoport-Bordenave tatúa sobre el plano la relación que tiene Juan Carmona, un alercero que vive en la cordillera, con la generosidad de la naturaleza. A través de su quebrada voz, y de las melodías que tararean las hojas sacudidas por el viento, la película nos envuelve en un espacio sin piso ni techo, invitándonos a flotar en los recuerdos fuera de foco de un marisquero.

 

Pabellón 4 / Cell Block 4, de Diego Gachassin – Argentina – 2017 – 71’
Alberto Sarlo, abogado y escritor de La Plata, intenta un proyecto utópico: enseñarles filosofía, literatura y boxeo a 52 presos del Pabellón 4 de una cárcel de máxima seguridad ubicada en Florencio Varela, en el conurbano bonaerense.
Los internos hablan de Hegel, de Sartre, de Dostoievski, del superhombre, y escriben cuentos en los que desnudan su alma y cuentan partes de sus experiencias tumberas. La filosofía los ayuda a repensar sus vidas, sus destinos y las decisiones tomadas. Carlos “Kongo” Mena, un preso que acaba de salir en libertad, vuelve a la cárcel como ayudante de Sarlo, dando su visión desde un lugar más cercano a la realidad de los otros internos. Alberto logra que Carlos sea el primer ex presidiario contratado para enseñar en las cárceles bonaerenses. Para muchos de ellos es la viva imagen de que la redención es posible.

 

Proyecto 55, de Miguel Colombo – Argentina – 2017 – 73’
Como si todo le hubiera sucedido a él, Miguel Colombo soñó durante meses que presenciaba inmóvil el paso de un bombardeo, la destrucción de los cuerpos que se volvían indistinguibles, los escombros y el fuego. Sus antepasados trajeron desde Europa los recuerdos de ataques aéreos que pusieron reiteradamente en jaque sus vidas, y la Masacre de Plaza de Mayo en 1955 articuló las memorias que heredó con el escenario de la ciudad que habita.
Junto a un grupo de artistas que elaboran una obra sonora sobre aquella jornada, el director indaga en los detalles del bombardeo, la memoria sobre el hecho en nuestra sociedad y el rastro de muerte que la violencia dejó a su paso en distintos conflictos bélicos y políticos a lo largo de la historia, con el fin de exorcizar las pesadillas y ofrecer a sus hijos un encuentro empático y sensato con el pasado.

 

Un cine en concreto / A Concrete Cinema, de Luz Ruciello – Argentina – 2017 – 77’
¿Cómo medir la pasión por el cine? Cientos de películas lo intentaron, con historias más o menos inspiradas y efectivas, pretendiendo hacer de una emoción –que, como todo amor, es único– algo universal.
Un cine en concreto se acerca a ese hechizo intangible que implica vivir con la necesidad de pertenecer al cine. De devolverle algo, aun sintiéndolo como algo inalcanzable. Porque cuenta la historia de Omar, un albañil de Villa Elisa (pequeño pueblo de Entre Ríos), que reniega de la idea de que las pantallas grandes desaparezcan. Y hará todo por conservar aquello a lo que supo aferrarse desde niño, aunque tenga que construirlo con retazos.
Así, la quimera de Omar, con sus tristezas y sus alegrías, con sus ladrillos al viento, las butacas desvencijadas, un viejo proyector oxidado y esos carteles escritos a mano, lleva consigo la satisfacción y la calma que provocan las misiones cumplidas.