¡VAYAN A CASA Y HAGAN PELÍCULAS! UNA CHARLA CON LÉOS CARAX EN EL 33° MDQ FILM FEST

En el marco del 33° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el reconocido realizador francés Léos Carax mantuvo una charla con el público a sala llena en el auditorio del Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, como parte de la delegación del país invitado de honor.

El director de “Boy meets girl” contó que sus inicios con una cámara fueron el resultado de una búsqueda personal que, en principio, sólo tenía dos objetivos: no volver a caer en prisión y no volver a estudiar. Luego de dejar la escuela, a los 16 años, pasó un año completo jugando con máquinas de pinball y durante ese tiempo comenzó a mirar más películas y a preguntarse por lo que sucedía del otro lado de la cámara. En ese proceso, comenzó a imaginar historias y finalmente, luego de experimentar con una Bolex de 16 milímetros robada, a buscar financiación para realizar lo que fue su primer trabajo “Strangulation Blues” (1980), a los 24 años de edad. “El cine me dio un ángulo para lidiar con la vida, por eso le estoy tan agradecido. De no haber encontrado el cine, no sé dónde estaría”.

“La sonrisa de la velocidad” es una frase que repite muchas veces el personaje masculino de su obra “Mala sangre”, Axel. Al ser consultado sobre la poética de esa metáfora, que de un modo enigmático pareciera describir el cine que hace, el reconocido director comentó: “la frese no es mía, es de una canción francesa de Léo Ferré, y yo tampoco la entiendo del todo, pero eso es un poco lo que hago. Lo que pongo en mis películas son cosas que no entiendo, las reúno ahí y todo es un gran signo de interrogación. Eso es lo que uno hace cuando hace cine: pone sus dudas, sus miedos, sus preguntas”.

Sobre los indicios que se conocen de su próximo proyecto, titulado “Annette”, Carax comentó: “uno nunca sabe si se va a materializar, tengo la creencia de que sí, pero no lo sé. Pero sí, desde que terminé mi última película, me enfoqué en una canción que escuchaba cuando tenía 12 años, de una banda de Los Ángeles, que todavía existe –Sparks– y ellos me propusieron hacer una comedia musical. Esto me pareció un milagro, siempre quise hacer una película con la música como evento central. Ya pasaron cuatro o cinco años y ahora estamos en el proceso de encontrar las personas correctas y el dinero correcto”.

¡Vayan a casa y hagan películas!” fue la recomendación de Carax para los jóvenes realizadores que buscan hacer su camino en el mundo del cine. Y luego reflexionó sobre la potencia primitiva del cine. Una densidad en la obra que considera que deben reinventar quienes aspiran a hacer películas hoy con tecnologías más accesibles y ligeras. “Puedo aconsejarles mirar muchas películas, vivir, viajar, enférmense, enamórense y un día, van a tener la película que están buscando”, concluyó.